Testimonio

Ahora pienso que se podría haber evitado, si hubiera crecido sabiendo que era diferente por ser un superdotado identificado, no sospechándolo, pues la adolescencia le trajo ese poso de sentirse diferente, acumulado con prejuicios y calumnias que le llevaron a sentirse mal. Contrariamente a la creencia popular, una persona dotada puede encontrar dificultades en su carrera académica o profesional, sino también en su desarrollo social y emocional.

Considero que sobre la superdotación y altas capacidades hay una ignorancia total, siendo yo la primera ignorante, hasta que mi hijo me lo hizo ver. Todo ello a pesar de trabajar 25 años en juventud, dedicarme muchos años a la educación y ser licenciada en psicología y muy motivada por el tema. Aunque siempre vi que mi hijo era superdotado,  nunca pensé que esto  podía hacerle daño. Él me preguntaba “¿por qué no me identificaste de pequeño mamá?”, yo le respondía “pensé que no era importante”, y él me replicaba “no es lo mismo crecer sabiendo que eres distinto porque  procesas más rápido, por tener un CI más alto, por lo que no eres ni mejor ni peor que los demás, a pensar que eres raro o loco por ser distinto a los demás”.  Me recomendó libros de lectura vimos juntos documentales, y me hizo ver  que la ignorancia no era solamente mía, sino a nivel nacional. A esto sumo, lo que me aportan con su apoyo  un superdotado y un especialista en superdotación.

Pienso que es un tema de; integración, de justicia, de lucha contra la ignorancia, que afecta a una minoría de jóvenes, que podrían aportar mucho a la sociedad. Y deseo que nadie tenga que oír, lo que me dijeron a mí, que comento una profesora de mi hijo que lo conocía desde pequeño, también superdotada, “otro genio que se nos va”.

QUE NO OCURRAN MAS DESGRACIAS IRREPARABLES POR IGNORANCIA.